Escrito por Gabriela Valencia Chabaneix (5° D de Secundaria)
A mitad de año nos comentaron de un encuentro interescolar llamado Cenit y nos preguntaron si nos gustaría participar. Yo, sin otro motivo además de la curiosidad de cómo sería el evento me apunté y salí seleccionada como parte de los 8 que iríamos en representación del Carmelitas junto con Mafer Fernandini, Alex Van Hemelrick, Stefan Holz, Rashmi Krishna, Valeria Escudero, Enrique Rodriguez y José Ureña.
Cuando empezamos las reuniones previas al encuentro apenas nos conocíamos. Pero a medida que fue pasando el tiempo nos fuimos uniendo cada vez más entre los 8 llegando a formar una amistad única donde además de prepararnos para el Cenit teníamos tiempo para pasarla bien.
El primer día estábamos nerviosos, todo inició con una bienvenida muy acogedora de parte del colegio Santa Margarita y luego nos separaron en grupos por colores. A mí me tocó ser parte del color verde donde conocí a chicos y chicas de Argentina, Bolivia, Colombia y de otros colegios tanto de Lima como de provincias, a los cuales muchos ahora puedo llamar mis amigos.
El Cenit ha sido una experiencia hermosa y única en todo sentido. Todos los alumnos tanto participantes como asesores (llamados prefects en el colegio Santa Margarita) eran muy amables, carismáticos y siempre dispuestos a sacarte una sonrisa; era tan fácil hacer amigos ahí que ya para el tercer día se organizó una salida a Larcomar donde la pasamos increíble con nuestras nuevas amistades. Estoy segura de que seguiremos siendo muy buenos amigos de todos a pesar de que ya acabó el encuentro.
Personalmente me gustaron bastante los foros que se dieron a lo largo de la semana donde además de escuchar los diferentes puntos de vista sobre los temas que se tocaban, tenías la oportunidad de participar en ellos. Pero más aún me gustó una actividad llamada Sugar Crush la cual consistía en que había varias cajitas de colores con los nombres de cada colegio en las que podías colocar notitas a las personas que habías conocido a lo largo del Cenit. El último día nos entregaron las notitas correspondientes al Carmelitas y la verdad que no esperaba recibir mensajes tan lindos de parte de todos como los que recibí.
Cada momento en el Cenit se aprovechaba al máximo, siempre había tiempo para todo: para debatir, compartir, socializar, disfrutar… y lo mejor es que nunca estabas solo, siempre había con quién conversar y mucha gente nueva por conocer. El último día fue muy difícil, nadie quería despedirse, no queríamos que acabara todo. La semana se nos pasó volando y todavía no me acostumbro al hecho de que ya todo terminó. El Cenit ha sido un encuentro único e inolvidable, si en algún momento se me presentara la oportunidad de volver a ir no lo pensaría dos veces, para mí fue una experiencia que jamás olvidaré.