Escrito por Nicolas Castillejo (4° A de Secundaria)
La misión santa Teresita es una acción social de gran magnitud en la que aproximadamente 50 personas entre alumnos, profesores y personal del colegio se adentran a lo más inhóspito y alejado de la ciudad imperial del Cusco para ayudar y servir al hermano que necesita. Muchos lo describen así, sin embargo, a veces prefiero referirme a la misión como ese periodo en el que realmente «soy ayudado» y me purifico espiritualmente. El ser humano se ALEGRA al recibir regalos, pero con el paso del tiempo se da cuenta que eso es lo único que recibe: momentánea alegría, mas no encuentra ese sentimiento de real FELICIDAD abundante que uno recibe al dar. Esa, en especial, es una sensación que se percibe constantemente en la misión.
El frío congelante, el cansancio y la molestia de altura no parecen rivales para ese grupo de valientes que tomaron el reto de probar su resistencia física y mental para hacer una misión de ayuda material y espiritual a personas que necesitan un empujón emocional para poder vivir con ganas. Describir este periodo de diez días no es fácil, como dijo el profesor Harry Johnson :»en la misión vives toda una vida, pasas alegrías, tristezas, compartes con gente ajena a ti, haces todo tipo de actividades, te acoges en una familia, encuentras a Dios y aprendes a vivir en tu realidad». Y como un gran sabio una vez dijo: «la verdadera felicidad y plenitud se encuentra cuando uno aprende a vivir armoniosamente en su realidad».
La misión te abre los ojos y te ayuda a realmente ser mejor. Cada experiencia y cada comunidad visitada, ya sea de ancianos, chicos especiales, niños, jóvenes, madres y hasta padres de familia te enseña algo y da una sensación de que por fin hiciste algo que realmente tiene peso en la vida. La vida en comunidad en sí es difícil y aprendes a desarrollar la capacidad de tolerancia y respeto, porque, bueno, al fin y al cabo, cuatro baños no son siempre suficientes para 52 personas; por otro lado, también aprendes a ver a tu compañero antes que a ti y prácticamente el egocentrismo se vuelve solo una palabra en tu accionar diario. Yo me quedo con una frase de está misión, como lo señalé al comienzo : «ellos me ayudaron más de lo que yo los pude ayudar».
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