Nunca pensé que entraría en el elenco. Es más, yo jamás he actuado en ningún tipo de obra teatral, esta fue mi primera experiencia.

Todo empezó con la creación del guión, y resultó que, después del casting, mi grupo salió como uno de los elegidos para hacer el guión final y el elenco sería de nuestro salón. El profesor Alan y miss Kollen estaban bien decididos sobre algunos actores: Lorenzo sería Cleonte, Alexa quedaba como Belina, pero el rol de mi personaje, Tomás, era relativamente ambiguo. Después de algunas prácticas más me dieron el papel, aunque todavía estaban, tanto ellos como yo, con algunas dudas sobre mi capacidad para actuar.

Tomás es un personaje bastante especial. Es un personaje que se piensa como superhombre, perfecto y digno de cualquiera, pero que en realidad es un chico torpe y sumiso ante los deseos de su padre. A pesar de que sólo aparece en dos escenas y que es un personaje del cual no se explica mucho, este tiene una cantidad muy, muy grande de diálogo. Además de esto, la esencia del personaje se expresa bastante a través de su actitud en el escenario, cosa que tuve en mente mientras lo estudiaba. Aquí es donde enfaticé más el aspecto cómico de Tomás, más que todo, porque sentía que el texto solo, no iba a ser suficiente para conseguir una risa de los espectadores.

Y así es como todos empezamos a ensayar todos los días. Perdíamos horas de clase, e incluso nos quedábamos después  para practicar. Eso sí, tuve mucha suerte con mi diálogo ya que, a pesar de ser bastante, me fue sencillo de memorizar gracias a que yo mismo escribí ese par de escenas. Estos ensayos nos tomaron muchísimo tiempo, pero esto se me complicó incluso más por el hecho de que tenía que dar mi examen de admisión a fines de mes. El postular fue una decisión bastante apurada, ya que justo nos habíamos enterado de que ese era el último examen de todo el año. De haber sabido que iba a dar esta prueba, probablemente hubiera rechazado entrar al elenco, pero como ya me había comprometido, decidí hacer ambas cosas a la vez. Así fueron pasando las semanas, durante las cuales estudiaba tanto para la obra como para mi examen; los días en que nos quedábamos practicando en la salida me iba temprano para llegar a mis clases de matemática a tiempo. Y fue así que me mantuve en esta danza por casi un mes, hasta que llegó el día de la presentación.

Ese día llegamos muy temprano al auditorio y nos preparamos para la presentación. Nos vestimos, tuvimos un último repaso de todo, y de repente se llenó el escenario y comenzó la obra. Todos estábamos nerviosos, pero cada uno logró hacer su parte mejor que nunca. Esta salió mejor que cualquier otra práctica que habíamos hecho, ¡no pensé que mi personaje iba a dar tanta risa! Cuando la obra concluyó, al ver morir a Argán, sentí que una etapa de mi vida se acababa, todo el esfuerzo y dedicación que habíamos puesto en este proyecto había rendido sus frutos. Al abrirse por última vez el telón, todos hicimos una ovación juntos frente a todo el público, momento en el cual concluyó nuestra travesía. Aunque la mía duró un poco más, ya que di mi examen de admisión al día siguiente, examen que estoy muy orgulloso de haber aprobado.

Como conclusión para este texto, tengo que agradecerle tanto a la miss Kollen como al profesor Alan por darnos esta oportunidad y guiarnos durante todo el camino, y también a todos los miembros del elenco por haber hecho tan buen equipo juntos. Espero que el curso de comunicación pueda seguir realizando puestas en escenas con las siguientes promociones, pues esta es una experiencia que nunca nadie podría olvidar.

Mauricio Bernuy

5° secundaria

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