El proceso del sacramento de la confirmación y el retiro vivido por nuestros(as) alumnos de cuarto de secundaria es una invitación a crecer en esa vida nueva, a creer que la vida se va transformando siguiendo a Jesús. Responde este proceso a una nueva forma de ser y de amar, que va más allá de lo que cualquier persona puede proyectar desde sí misma.
El proyecto de vida de Jesús aterrizado en el proceso de confirmación tiene como centro y como meta el anuncio y la realización del Reino de Dios: “El Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia” (Mc 1,15).
El Reino que nuestros jóvenes estudiantes van asumiendo es el gran proyecto del Padre, la gran utopía de Dios, de hacer una familia de hijos y de hermanos, un hogar para todos, una humanidad liberada de toda opresión, reconciliada con la naturaleza, entre sí y con Dios, donde todos puedan sentirse y ser de verdad, seres del mundo, hermanos de los otros e hijos de Dios.
Es un Reino de vida, porque Dios da su vida en abundancia (Jn 10,10). Es un Reino de verdad, porque “Dios es luz y en él no hay tinieblas” (1Jn 1,5). Es un Reino de justicia y libertad, porque “nos liberó para que fuéramos realmente libres” (Gal 5,1). Es un Reino de alegría y de paz, porque está fundado en el triunfo de Jesús resucitado (Jn 20,20).
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