El pasado 26 de agosto fuimos a visitar el memorial denominado “El Ojo que Llora”. Personalmente, estuve emocionada desde el momento en que me comentaron que podía asistir a la visita, ya que los temas ocurridos durante la época de conflicto armado interno en el Perú son de mucho interés para mí.
Al momento en que llegamos no sabía qué esperar, me llevé la grata sorpresa de que nuestra guía fue una persona con más de un caso cercano de desaparición en ese periodo, así que no nos iba a comentar una historia aprendida, sino vivida.
Empezamos por leer los paneles que habían preparado, donde se comentaba a detalle todo lo ocurrido sin nada que obviar. Logramos entrar en el contexto y recordar varias de las cosas que ya habíamos aprendido previamente en clase. Leer sobre la vida de varias personas que se denominaron finalmente “desaparecidas”, fue una forma muy especial de conectarnos con el memorial.
La estructura del memorial se basa en una gran piedra junto a otra pequeña en el centro, de donde emana agua en pocas cantidades. Esta hermosa escultura se encuentra en medio de un laberinto rodeado de miles de piedras, la mayoría con un nombre gravado perteneciente a alguna persona que durante esta época fue “desaparecida”. Antes de ingresar nos dieron una flor a cada uno, la misma podía ser colocada en el lugar que deseemos. Estuvimos deliberando por varios momentos, algunos compañeros buscaban a alguien con el mismo nombre o apellido, pero yo busqué a alguien de mi edad.
Una de las principales cosas que causó un gran efecto en mí fue notar las edades de las personas desaparecidas, muchos de ellos eran menores que yo. El tan solo pensar que a mí o uno de mis compañeros o familiares nos pudo haber sucedido lo mismo, fue un gran golpe emocional. Junto a una compañera logramos caminar el laberinto completo y no puedo negar que cada vez que veía las edades gravadas en las piedras, sentía que mi piel se erizaba de solo pensar que todas esas personas tenían un gran futuro por delante que no pudo realizarse.
Fue una experiencia muy grata y agradezco a todos los que pudieron hacer realidad nuestra visita. Personalmente encuentro muy satisfactorio el hecho de que se realicen este tipo de actividades, ya que no se puede permitir que un conflicto de esa magnitud vuelva a ocurrir; y eso está en manos de todos nosotros, la juventud, el futuro del país.
Escrito por Rafaella Moschella 5°”C”